El 13 de Febrero de 2016 participé como ponente en la mesa redonda: Violencia de/con niños y adolescentes: la clínica de hoy. Una escucha psicoanalítica en las instituciones. El acto fue organizado por la Asociación escuela de clínica psicoanalítica con niños y adolescentes (AECPNA).

Fue una oportunidad para dar a conocer el trabajo que se viene desarrollando desde hace cuatro años entre dos instituciones: la Escuela (AECPNA) y la Asociación Paideia.

Hace cuatro años se implantó y desarrolló un dispositivo psicológico en el que se atiende a menores en situación de riesgos social.

Los fines de AECPNA son, entre otros, el intercambio de experiencias clínicas relacionadas con el psicoanálisis con niños, adolescentes y padres. Paideia está especializada en la protección de la infancia. Ambas son instituciones con una larga trayectoria, AECPNA se creó en 1999 y Paideia en 1986. Aunque con objetivos diferentes comparten su interés por el bienestar y la salud de los menores (entendiendo salud como un concepto muy amplio). Se puede decir que desde Paideia se aborda el bienestar social de los menores y sus familias. Desde AECPNA nos encargamos del bienestar psíquico de los menores.

Los menores a lo que atendemos desde el dispositivo acuden de forma continuada a Paideia. Por lo general son los educadores que trabajan con los menores los que les proponen a ellos y a sus familias la posibilidad de ser atendidos en el dispositivo. Si aceptan, empezamos a trabajar con los menores.

El dispositivo psicológico está formado por dos equipos de profesionales. Uno de los equipos se encarga de atender a niños. El otro equipo atiende a adolescentes. Todas las profesionales del dispositivo nos hemos formado en AECPNA por lo que compartimos un mismo marco teórico y clínico.

En la jornada de presentación pudimos explicar más detalladamente la forma de trabajar que utilizamos en el dispositivo. Es un método de trabajo que hemos ido desarrollando gracias a la supervisión de Francisca Carrasco. Trabajar en colaboración con una institución implica adaptar la técnica y el método terapéutico sin perder profesionalidad ni calidad en la intervención.

Por mi parte pude exponer uno de los casos en los que había estado trabajando.

Era un claro ejemplo en el que se veía la fina línea que separa la violencia a la que se ven sometidos estos jóvenes y la violencia que ellos pueden ejercer después.

Los adolescentes con los que trabajamos en el dispositivo son jóvenes que por lo general viven rodeados de violencia en sus diferentes formas:
– económica
– social
– verbal o física
– violencia entre las personas que les rodean
– violencia hacia ellos
– la violencia de la ausencia de adultos de referencia…

Es frecuente que en un momento determinado sus defensas fallen y se vean envueltos por su propia violencia. Violencia que aparece en forma de estallido y sorprende a lo que le rodean. Puede que después la violencia se quede con ellos como compañera, esto les hace sentirse menos vulnerables.

La jornada fue todo un éxito y ayudó a visibilizar el trabajo que se viene desarrollando. Fue una experiencia muy positiva en la que nos acompañaron profesionales de Paideia y se reconoció la buena acogida que tiene el dispositivo entre los servicios sociales de la zona en la que trabajan.

Para mí es un proyecto apasionante y estoy muy orgullosa de colaborar en él. El encuentro fue muy motivador. Estoy segura de que nos ayudará a seguir trabajando y apostando por los beneficios que la psicología tiene para los jóvenes.