Estos días se celebra en Madrid la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25). Los medios se hacen eco del movimiento “Jóvenes por el Clima” del que Greta Thunberg es el rostro más visible. Greta Thunberg, activista medioambiental de 16 años no deja a casi nadie indiferente, por su edad, por lo que dice, por como lo dice y por lo que hace. Joven sueca conocida por su lucha por el medio ambiente. Lucha que inició con Fridays For Future. También es conocida por estar diagnosticada de Asperger. Multitud de noticias y artículos de opinión han surgido para intentar explicar y también criticar el fenómeno, sus actuaciones y a su persona. El cambio climático es el síntoma y como tal lo podemos traducir. Traducirlo para entender lo que viene a transmitir de la mano de los jóvenes. 

La juventud y su mensaje

El caso de Greta y el movimiento que lidera podrían dar para pensar mucho sobre nuestra sociedad, sobre el clima, sobre la política y los políticos, sobre la autoridad, sobre los valores imperantes… pero también sobre los jóvenes, o sobre algunos jóvenes que están representados en ese movimiento internacional juvenil. Más allá de la crisis climática, ¿de qué hablan esos jóvenes? ¿Qué quieren que escuchemos? ¿De qué se quejan? ¿Qué denuncian?

Las palabras de Massimo Recalcati en «El Complejo de Telemaco» arrojan luz sobre las nuevas generaciones y su malestar que perfectamente son aplicables a dicho movimiento. Recalcati escribe:
«Nuestros hijos no heredan un Reino, sino un cuerpo muerto, una tierra agotada, una economía enloquecida, un endeudamiento ilimitado, la falta de trabajo y de horizontes vitales«
Afirma: “Las nuevas generaciones están comprometidas en lograr el movimiento singular de reconquista de su propio porvenir, de su propia herencia.

Los jóvenes que hoy vemos quejarse por la herencia medioambiental que les quedará son jóvenes que avisan: es necesario un cambio. Sacuden las conciencias y empujan a salir de una posición de omnipotencia respeto a los recursos naturales. No son ilimitados y no se puede hacer cualquier cosa con ellos. Piden que tomemos conciencia del mal hecho, que se asuman responsabilidades para poder reparar, lo que aún se puede.

Más allá del diagnóstico

En muchos foros profesionales o de medios de comunicación he leído comentarios que quitan importancia o critican lo que Greta transmite por el hecho de estar diagnosticada de Asperger. Profesionalmente me hacen pensar en todos esos niños y adolescentes que acuden a la consulta de un psicólogo infantojuvenil por estar diagnosticados. Al igual que con Greta, por el hecho de tener un diagnóstico, lo que hacen, dicen, piensan o sienten es mirado por los adultos desde el diagnóstico y se pierde la importancia o sentido de lo que nos quieren transmitir. No perdamos el punto de mira y cuidemos. Cuidemos el medioambiente, la infancia y a la juventud. Son el futuro.