Viajar solo no suele ser la primera opción a la hora de pensar en las vacaciones. Sin embargo, cada vez hay más personas que se lo plantean. Tal es así que existen muchas agencias que ofertan este tipo de viajes.

La idea de viajar sin compañía suele surgir cuando otros planes han fallado. Es frecuente que no se haya llegado a un acuerdo con la familia, los amigos o la pareja. Planear un viaje con otras personas supone ceder, negociar y renunciar a ciertas cosas para poder estar con los demás. Esto no siempre es fácil de conseguir. En ocasiones la falta de consenso nos indica que hay dificultades para estar con los demás. También pueden estar mostrando que existen conflictos enquistados que afectan a las relaciones. Más cuando las relaciones son largas y tienen historia. Cuando es así la persona puede sentir que siempre cede.

La persona se querer cambiar esa situación. Entonces se plantea viajar solo como algo nuevo y diferente que podría hacer. Por lo general la persona no quiere quedarse sin vacaciones y esto es un impulso para realizarlo. A veces no es suficiente y por muchas ganas que se tengan no se hace. ¿Por qué? Porque otro de los factores fundamentales para viajar sin compañía es ser capaz de estar sólo. En este caso estar solo se confunde con sentirse solo y aparecen sentimientos de tristeza. La soledad y la tristeza no son buenas compañeras de viaje. Por eso la idea pierde fuerza y uno se queda con lo conocido, lo familiar. Esto impide disfrutar de unas vacaciones en solitario.

Son muchas las personas que sin darse cuenta terminan cediendo ante los viajes en grupo por no sentirse tristes o solos. En cambio se pueden llenar de hostilidad al sentirse sometidos a los gustos y deseos de los acompañantes. Son personas que pueden ir a destinos que no les gustan, visitan sitios que no visitarían… e internamente no están disfrutando.

Para poder viajar solo es necesario contar con la capacidad para estar a solas y poder disfrutar de la soledad. Es recomendable contar con esta capacidad antes de embarcarse en un viaje sin acompañante.

Viajar solo implica disfrutar de la soledad, vivirla como algo positivo y no como algo triste. Esta es una capacidad que se va adquiriendo a lo largo de la vida y nos permite vivir de forma autónoma.

Cómo se viven las vacaciones pueden ser un reflejo de cómo son las relaciones con los demás y contigo mismo. Lo ideal no es poder viajar sólo o acompañado. El ideal es poder elegir libremente sin que los miedos o las dificultades elijan por ti. Los miedos no se van de vacaciones y te acompañaran hasta en estos días. Si quieres te puedo ayudar a afrontar los miedos.